
Contra las malas hierbas sólo sirven dos virtudes humanas, la paciencia y la constancia. Hay que vigilar regularmente e ir arrancando las malas hierbas conforme aparecen. Además de ser la forma más efectiva es también la más sostenible y la más económica. Dedicar unos minutos cada pocos días nos ahorrará muchos problemas y sobre todo duros esfuerzos y sudores.
Ya sea en las macetas como en el jardín y en el césped lo importante es arrancar la mala hierba antes de su madurez para evitar la presencia de simiente. Nuestra trabajo será entonces mucho más efectivo. En el caso del césped hemos de arrancar las malas hierbas de raíz como en cualquier otro lugar pero lo haremos antes de cortarlo. Cuando pensamos en malas hierbas nuestra mente se va directamente a los herbicidas pero no son una buena solución y menos en un pequeño jardín o huerta familiar.

Los abonos orgánicos, sustratos y composts mal curados son una fuente importante de infestación de malas hierbas. Si los compramos hemos de asegurarnos que han sido tratados a alta temperatura o que han fermentado correctamente. Si hacemos nuestro propio compost es mejor no echar en él las malas hierbas que vayamos arrancando.
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